Hija de un reputado pintor, Orazio Gentileschi, Artemisia nació en 1593 y llegó a convertirse en una artista única, independiente en todos los terrenos, incluso en el económico, capaz de desarrollar su talento hasta límites insospechados.
- Susana y los viejos (1610)
A la edad de 17 años pintó su primera obra maestra, Susana y los viejos, una escena del Antiguo Testamento representada con un alto contenido erótico, donde el personaje femenino intentaba taparse viéndose observada por ellos.
Poco después, sucedió algo que cambió su vida ya que un amigo de su padre la violó. Tras el juicio, el violador salió indemne gracias a sus buenos contactos, pero Artemisia se vio afectada por el deshonor y la rabia que más tarde manifestó en su pintura. Se especializó en grandes cuadros de temática bíblica o histórica que estaban representados por mujeres fuertes, guerreras y violentas que no tenían ningún problema en suicidarse o asesinar si de esa manera salvaban a su pueblo o protegían su propio honor.
Su pintura estaba influida por la estética de Caravaggio, así representó mujeres de físico rotundo, de intenso colorido y de realismo minucioso. Sus obras fueron pretendidas por diversos papas, como Gregorio XV y Urbano VIII.
- Judit y Holofernes (1621)
Tras la muerte de su marido, ella tomó por entero las riendas de su vida al no tener que estar bajo el dominio masculino; y, así, se dedicó a crear, a gestionar sus asuntos económicos, a negociar con los clientes y a exigir los pagos retrasados.
Artemisia Gentileschi tuvo dos hijas a las que educó de manera exquisita y, a lo largo de su vida, consiguió todo aquello que se propuso muriendo a los 60 años de edad, en el año 1653.