Casi la mitad de las mujeres que trabajan y han sido madres han alterado notablemente su actividad laboral, bien por reducción de jornada o por abandono, según revela un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) realizado con 9.767 mujeres y presentado ayer. Esta encuesta avala con datos lo que hasta ahora eran percepciones, como el hecho de que cuanto más preparada está la mujer menos se casa y menos hijos tiene, o el declive del mito de la «realización» femenina a través del trabajo: el 53,7% de las mujeres se iría a su casa si les tocase la lotería.
El informe, presentado ayer en Madrid por la demógrafa Margarita Delgado, el director del CSIC, Carlos Martínez Alonso, y el presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), Fernando Vallespín, abarca la mayor muestra de mujeres españolas o residentes en España elaborado hasta la fecha. Para el anterior, realizado por el INE en 1999, se entrevistó a 7.749.
Más que desvelar comportamientos novedosos, según comentaron ayer sus autores, lo que hace la macroencuesta es constatar tendencias sociales ya percibidas, como la convivencia de parejas jóvenes al margen del matrimonio -el 79,5% de las mujeres menores de 24 años- o que el modelo ideal de familia, aquel en el que ambos trabajan en horarios similares y se responsabilizan igual de los hijos y las labores de la casa, es una realidad para el 34,2% de las mujeres menores de 40 años, pero sólo lo disfruta el 25% de las de más edad.
Por áreas de trabajo, éstas han sido las respuestas:
Hijos. Una gran mayoría quiere tener al menos un hijo -biológico o adoptado-, aunque el 11% no desea hacerlo. Las dificultades laborales, las «preocupaciones y problemas» que conlleva la crianza de los hijos, así como la limitación biológica de la edad son percibidos como principales escollos para aumentar la familia.
Son muy pocas las mujeres que censuran a las que tienen descendencia sin pareja estable (sólo el 8,5%) y la respuesta «tener hijos produce un sentimiento especial gratificante» es la elegida entre un amplio abanico de posibilidades, que reafirman también la creencia general de que los hijos apenas fortalecen la relación con el cónyuge (sólo lo cree el 3,8%).
Fecundidad. Repunta ligeramente gracias a la inmigración. Las extranjeras convierten a Murcia en la comunidad autónoma más fecunda de España y sitúan a Asturias y a Cantabria en los últimos lugares. La media real de hijos es de 1,6 por mujer en edad de procrear, aunque a la mayoría le gustaría tener 2,5. Como consecuencia de la maternidad cada vez más tardía, se observa un porcentaje significativo (3,7%) de demanda de técnicas de reproducción asistida; en el extremo opuesto, el 6% de las españolas recurre a la esterilización, lo que sitúa a España «a la cabeza europea» en tan drástica solución, según la demógrafa autora del estudio.
Conciliación laboral. Casi la mitad de las encuestadas entre los 30 y 44 años asegura que tener un hijo ha alterado significativamente la vida laboral: desde reducciones de jornada hasta abandonos temporales o definitivos del trabajo, además de problemas de discriminación y exclusión de ascensos o promociones. La diferencia con respecto al hombre sigue siendo notable: el 58% de las mujeres ve la maternidad como un obstáculo para la actividad laboral; sólo el 3,9% cree que es así también para sus compañeros. Este sacrificio no es acorde con los ingresos: únicamente el 19,3% de las mujeres gana más que su pareja. La encuesta desmonta también el mito de que la mujer alcanza la plenitud a través del trabajo. Hasta el 62,5% de las mujeres de mediana edad confiesan que se despedirían si les tocase la lotería.
JOAQUINA PRADES - Madrid - 16/03/2007 - www.elpais.com