L. Fraile.Valladolid. : Jueves, 11 de Julio de 2013 ::
Belén Verdugo, presidenta de CERES (Confederación de Mujeres del Medio Rural) y responsable estatal del Área de Mujeres de la COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos), acudió este miércoles por la tarde a la sesión de Tejiendo en Morado para participar en un coloquio sobre mujer y medio rural.
El encuentro arrancaba pasadas las 19 horas de la tarde en La Casa de las Palabras con una rueda de presentación. “¿Qué os sugiere este tema?”, comenzaba preguntando una de las participantes. “Para mí el medio rural es un lugar con muchos tópicos”, decía una. “Yo no conozco bien su realidad”, confesaba otra. “Yo sigo manteniendo los lazos con este medio porque todos los veranos de mi vida he estado en el pueblo. Sí que veo que es diferente la generación anterior, donde las mujeres siempre estaban haciendo la casa, se acostaban las últimas y se levantaban las primeras, con respecto a la actual, donde las mujeres tienen un mayor acceso a los estudios y pueden compatibilizar la vida rural con otras actividades”, exponía una tercera.
Tras la rueda inicial de intervenciones, Belén tomaba el turno de palabra. “Tengo 54 años y llevo en el pueblBelén Verdugo (izquierda), junto a los miembros de Tejiendo en Morado. Foto: Laura FraileBelén Verdugo (izquierda), junto a los miembros de Tejiendo en Morado. Foto: L. Fraileo casi 30”, comenzaba diciendo a modo de presentación. A continuación fue compartiendo con las presentes su vida en Piñel de Abajo, un pueblo en el que en invierno no viven más de medio centenar de personas, donde poco a poco fue introduciéndose en el trabajo agrario y en el asociacionismo a través de su entrada en la Confederación de Mujeres del Medio Rural (CERES). A lo largo del coloquio, Belén mantuvo la defensa de este medio como una apuesta por el futuro, tal y como expresó con estas palabras: “El medio rural no sólo es un medio adecuado para que las mujeres se desarrollen personalmente sino que es lo que permitirá que haya un futuro frente a la crisis alimentaria y frente a los modelos de producción y distribución de alimentos, que están creando hambre”.
También dedicó un tiempo a recordar cómo fue su introducción tanto en la agricultura ecológica como en el feminismo rural, donde aún sigue habiendo temas difíciles de abordar. “El pueblo es un espacio donde también se viven controversias, igual que en el mundo urbano. Por ejemplo, un tema como el del aborto es un tema difícil de trabajar con mujeres”, explicaba. No pasó por alto tampoco su introducción en el movimiento de la vía campesina, así como su asistencia a asambleas internacionales de mujeres, como la que en su día la llevó hasta Mozambique. “Allí aprendí otras formas de militar, más allá de las reuniones y del establecimiento de niveles de análisis superficiales y fuera de lo humano. Allí había una búsqueda de espacios donde lo político se unía con lo personal, lo que fomentaba la creación de lazos y redes, de espacios afectivos y de autoconfianza”, comentaba al respecto de uno de estos encuentros.
A lo largo de la sesión Belén habló también de su trabajo en la prevención de la violencia de género en el ámbito rural, momento en el que hubo ocasión de compartir tanto los materiales que trabajan en las campañas de sensibilización como las percepciones existentes acerca del patriarcado. Asimismo, Belén aprovechó para presentar uno de los números monográficos de la revista Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas, correspondiente a julio de 2010, y centrado en la mujer campesina. La revista, en la que ella participa dentro del Consejo de redacción, está coordinada por Gustavo Duch y va por su decimotercer número.