ROSAS BLANCAS PARA LA PAZ

ROSAS BLANCAS PARA LA PAZ

“Cuando se escucha a las mujeres -afirma Naciones Unidas-, se consideran cuestiones que de otra forma quedarían fuera de los procesos de paz”.

Si escuchamos a las mujeres, oiremos las melodías de sus voces:

Ya en el siglo IV antes de Cristo, ante las guerras del Peloponeso, las mujeres atenienses,lideradas por Praxágora y Lisístrata, deciden llevar a cabo una huelga de sexo hasta que los hombres decidan parar la guerra. La primera acción pacifista en la historia de la humanidad la protagonizaron mujeres -así nos lo hace saber Aristófanes a través de su obra “Lisístrata”-.

Si escuchásemos las voces de las mujeres, recordaríamos que fue una mujer japonesa en el año 1010 -Murasaki Shikibu- quien escribió la obra considerada como la “primera novela” de la historia.

También caminaría por nuestra memoria una monja alemana, que habitó este planeta entre el 1098 y el 1179 -Hildegarda de Burguen-, que fue filósofa, compositora, escritora, pintora, médica, y que nos legó el “Libro de la Medicina Compuesta”, considerado hoy el libro base de la medicina occidental.

Las melodías de la memoria nos recordarían, también, que entre 1706 y 1749 vivió Emile de Breteuil -condesa de Chateler- que con su libro “Instituciones” dio paso a la introducción de la física en el campo del conocimiento científico.

Si escuchásemos las voces de las mujeres, sabríamos que la primera película con argumento en la historia del cine, la realizó una mujer: Guy-Blanche (1873-1968) Y no olvidaríamos que Harriel Beecher Stewe publica en 1851, la primera novela antiesclavista en EEUU: “La cabaña del Tío Tom”.

Si escuchamos las voces de las mujeres, llegarán a nuestras conciencias muchas mujeres que alumbraron el conocimiento desde la ciencia, o la cultura, para alentar una vida más digna, más creativa y más justa. Mujeres que fundaron iniciativas ciertamente valiosas que, en bastantes ocasiones, se hacen invisibles frente al impacto mediático de la violencia y la confrontación. Impacto que no deja ver la construcción de paz llevada a cabo por mujeres muy diferentes. Mujeres, que han creado alianzas y espacios de colaboración y entendimiento en sociedades polarizadas, donde hay levantados muros divisorios infranqueables.

En Israel y Palestina, la colaboración de mujeres de ambas comunidades, no sólo ha demostrado que el entendimiento es posible sino que ha dado lugar a la construcción de un movimiento mundial de mujeres contra la guerra y el militarismo: Mujeres de Negro. Este movimiento se ha ido extendiendo a otros lugares del mundo afectados por conflictos armados como los de los Balcanes o Colombia.

En Argentina, las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo, sin dejar de caminar, continúan su denuncia contra la impunidad.

Las mujeres norirlandesas -protestantes y católicas-, crearon una coalición para trabajar en las negociaciones de paz, por la igualdad, los derechos humanos, y la inclusión.

Las mujeres de Sri Lanka, participaron en el Subcomité de Género creado en el marco de las negociaciones de paz.

Las mujeres Tamiles y Cingalesas fueron capaces de elaborar una agenda común, desde un mismo punto de partida: el reconocimiento de los efectos devastadores que el conflicto armado había tenido sobre la vida de las mujeres.

Con las melodías de las voces de tantas mujeres, hemos afinado bien nuestros oídos, nuestra inteligencia, nuestro amor a la vida, nuestras voces y nuestros cantos. Nos hemos nutrido de su energía, y hemos decidido unirnos para abrazar, apoyar y sostener el proceso de paz que ha de darse en nuestro país.

Las que suscribimos esta declaración, Mujeres en Unión, somos mujeres de la cultura, actrices con distintas ideologías, a las que nos une el mismo deseo de paz y de llegar hasta el final de un proceso que, por difícil que pueda ser, no ha de pararse hasta alcanzar su objetivo: La Paz.

Entendemos que ante el futuro de esperanza que ha abierto el alto el fuego permanente, hemos de poner en valor, una vez más, la militancia por la paz. Como lo hicimos contra el terrorismo en todas sus formas, como lo hicimos contra la guerra de Irak, y como lo hicimos contra la violencia de género.

Las mujeres hemos hecho visible la violencia ejercida sistemáticamente a lo largo de la historia de la humanidad contra las mujeres. Cada día son asesinadas mujeres en todo el mundo, pero cada día, son miles, las mujeres que trabajamos para erradicar la violencia de género sabiendo que vivir sin violencia es posible.

Entendemos también que la Paz es mucho más que la ausencia de guerra o de violencia.

Frente a tantos saboteadores que la paz tiene siempre, es necesario alumbrarla, y creemos que el diálogo sin prejuicios, es un buen punto de partida.

Dialogar es el paso previo para acordar y, para nosotras, eso es fortalecer la democracia y construir la Paz.

La Paz sólo puede asegurarse a través de una actitud valiente y generosa.

Las mujeres que firmamos esta declaración, trabajaremos para sostener el proceso de paz, para que no embarranque, para que no se frustre, para hacer posible el camino que tantas veces se ha negado, por aquellos que no quieren que tenga solución.

Trabajaremos para hacer posible la participación de la ciudadanía, fortaleciendo y blindando el proceso de paz.

Mujeres en unión Secretaría de la Mujer de la Unión de Actores de Madrid.